En los bares se aprende a convivir con la cerveza. Hay que mantenerla fría para los parroquianos, para que no levante espuma, para que refresque lo más profundo del alma. "¡Una cerveza!", gritan los amigos que se sentaron en la mesa 8, y allá va el mozo, cerveza en mano, dos vasos. Por eso no es raro que un mozo le tome cariño a la
cervecita. Vaya entonces este humilde homenaje a la fiel compañera de veranos agobiantes e inviernos tristes.
Sarmiento al 700
(Rosario, Argentina)
Diciembre de 2008
2 comentarios:
Y a mi que no me gusta la cerveza?? que tendria que tomar... un "ganciiiiita"????
Que no te gusta la cerveza?!! Tenés prohibido volver a pasar por este blog!
Muchísima suerte en tu "nueva vida", que todo salga como lo imaginaste
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