Lo dicho: Brasil es un país cristiano, definitivamente. Hasta se la agarran con Halloween. Y tienen razón: la moda de importar celebraciones extranjeras parece que también llegó al gigante latinoamericano, y a los brasileños no les gusta demasiado que les toquen a su
Jesus Cristo.
Rua do Passeio y Teixeira de Freitas
(Rio de Janeiro, Brasil)
Enero de 2009
2 comentarios:
Halloween es satánico, el Carnaval es divino.
(Slogan de Lula en contra de Obama)
Está buena la respuesta, eh? Pero es cierto: los brasileños se ponen medio pesados con esos arranques ultranacionalistas.
Publicar un comentario