El típico caso del hombre que
equivocó su profesión. Es sabido: todos los
Armando del mundo deberían dedicarse a hacer
banquitos. Pero no, este Armando, terco como pocos, se metió en el negocio de las demoliciones. Todo un hallazgo.
(Fotógrafo invitado:
Pvncho)
Kowall y Alberdi
(Rio Cuarto, Córdoba, Argentina)
Junio de 2007
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